El sector de los combustibles es un ámbito en ocasiones polémico, dado que hay algunos combustibles que son bastante perjudiciales para el medio ambiente y nuestro entorno natural.
Uno de los motivos del cambio climático es la gran contaminación que tenemos en nuestro planeta, contaminación que en parte es debida a la emisión de gases y partículas contaminante, proveniente de los combustibles tradicionales, como por ejemplo el gasóleo.
De hecho, el gasóleo ya está siendo evaluado con lupa, y en muchos casos, como es el caso de los coches diesel, ya se ha avisado que en un corto plazo de tiempo se llegará a prohibir como fuente de alimentos de los vehículos turismos.
Así pues, vamos a repasar brevemente cómo han evolucionado los combustibles en el último siglo.
Si nos remontamos a antes de la revolución industrial, tenemos una sociedad mucho menos contaminante que utilizaba los combustibles de biomasa (leña, pellets, astillas) como fuente principal para cocinar o calentar sus hogares,
Sin embargo, la Revolución Industrial trajo un auge en las fábricas, y por lo tanto, una necesidad de mantener con gasóleo muchas máquinas y calderas. También la evolución de los coches ha supuesto un mayor consumo de gasóleo para poder conducir los mismos.
Así, todo el siglo XX ha estado marcado por el hecho de que nos hemos vuelto cada vez más contaminantes y menos cuidadosos con el medio ambiente. No fue hasta final de siglo cuando se empezaron a plantear seriamente y a nivel global que las consecuencias de nuestros actos podrían ser nefastas para nuestro planeta y también para la raza humana.
Así que ahora parece que los combustibles de biomasa han vuelto a coger peso frente al gasóleo, así como las energías renovables a favor de utilizar recursos inagotables y no contaminantes.
Con la biomasa volvemos a disponer de calefacción en hogares y edificios, algo muy importante para nosotros en los meses más fríos. Así que ahora solo queda esperar si en este nuevo milenio la tendencia vuelve a cambiar, y las energías renovables, naturales y no contaminantes, como el combustible de biomasa, vuelven a ser las más utilizadas y conseguimos frenar el cambio climático que nosotros mismos hemos provocado.